jueves, 14 de junio de 2018

El Yeti podría ser real y estar emparentado con los osos polares


El Yeti finalmente parece dejar su escondite en las cumbres heladas de los Himalaya, así como su sitio de honor entre los mitos mejor fincados de la humanidad, tras el anuncio hecho por Bryan Sykes, profesor de genética en la Universidad de Oxford, Inglaterra.

Sykes, comparó el ADN de muestras de pelos extraídas de dos animales del Himalaya que los locales identificaron como de yeti, con una base de datos de genomas de miles de animales, entre ellos muchos ya desaparecidos. El resultado fue el de la compatibilidad de una huella genética de las muestras con un antiguo oso polar hallado en el Ártico noruego (en realidad sólo la mandíbula) de entre 40.000 y 120.000 años de antigüedad, lo que sugiere que el yeti es un descendiente de un antiguo oso polar.

Lo más probable es que los misterios animales (yetis) sean en realidad híbridos, cruces entre osos polares y osos pardos, especies con un estrecho parentesco que se aparean si sus territorios se solapan.

"No creo que esto implique que hay osos polares prehistóricos rondando por el Himalaya. Pero podría significar que hay una subespecie de oso pardo, descendiente del oso que fue el ancestro del oso polar. O que se ha producido un cruce más reciente entre el oso pardo y el descendiente el oso polar", concluye el genetista de Oxford.

La investigación de Sykes se inició en ralidad hace un año, cuando el ciemntífico pidió a museos, científicos y aficionados al yeti a compartir las muestras capilares que poseyeran y suponían pertenecían a la criatura. Dos de las muestras fueron, desde el inicio, las más prometedoras: los restos momificados de un supuesto yeti encontrado en la región india de Ladaj, y un solo pelo encontrado hace una década en Bután, a mil 300 kilómetros al este de la encontrada en la India.

"No puedo concebir que hayamos conseguido muestras de los dos únicos 'osos de la nieve' en el Himalaya", afirmó. Agregando, en referencia al supuesto comportamiento “observado en los Yetis”, que : "El ingrediente del oso polar en sus genomas puede haber cambiado su comportamiento de modo de actuar diferente y lucir diferente, y quizás caminar en dos patas con mayor frecuencia", conjeturó.

El Yeti, o el Abominable Hombre de las Nieves como también se le conoce, saltó a la fama en 1951 cuando una expedición al Everest regresó con una serie de fotografías que mostraban las huellas impresas sobre la nieve de un pie de proporciones gigantescas. A partir de ese momento, y décadas de testimonios, fotos borrosas y versiones de avistamiento, la leyenda se ha mantenido viva y siempre presente.

Por otra, y su parte, la comunidad científica se ha mantenido todo este tiempo escéptica al respecto, como lo demuestra David Frayer, profesor de antropología biológica en la Universidad de Kansas, en un comentario: "Si la motivación de Sykes al hacer el análisis es refutar la tontería del yeti, que tenga muy buena suerte".

La historia completa, y la misma investigación han sido recopilados por Sykes en un libro que saldrá publicado a principios de próximo año, bajo el título "The Yeti Enigma: A DNA Detective Story" ("El enigma del Yeti: una historia de detectives de ADN").

Sin embargo, y junto con el anuncio de los resultados y hasta el libro, surge la pregunta:

¿El hallazgo de Sykes pondrá fin al mito del yeti?

No hay comentarios:

Publicar un comentario