martes, 26 de junio de 2018

Lagarto humanoide

En el verano de 1988, los habitantes de la población de Bishopville en el estado norteamericano de Carolina del Sur, se vieron sobresaltados por una serie de testimonios de algunos residentes de la zona que comenzaron a hablar de unos increíbles y aterradores encuentros.

Pronto la alarma cundió por toda la región y no era para menos, habida cuenta de lo que relataban los testigos.

Y es que según sus declaraciones habían ido a toparse con un extraño ser humanoide de más de 2 metros de altura y con una escamosa piel verde que le confería un aspecto de lagarto.


Tan extraordinaria criatura fue vista por primera vez la tarde del 29 de Junio de 1988. Ese día, Chris Davis, que entonces tenía 17 años, volvía a su casa a eso de las dos de la tarde cuando se vio obligado a parar un momento en las orillas del pantano de Scape Ore para sustituir un neumático pinchado en su coche, un antiguo Toyota Celica.

Cuando ya había finalizado y estaba metiendo de nuevo el gato en el maletero, atisbo por el rabillo del ojo una silueta que parecía correr hacia él desde unos arbustos cercanos.

Asustado entró en el vehículo tan rápido como pudo pero se encontró de pronto envuelto en una feroz lucha cuerpo a cuerpo al ir a cerrar la puerta, pues desde el otro lado una increíble criatura intentaba abrirla para sacarle del coche.

Pudo ver su aspecto de lagarto con tres dedos en cada mano dotados de unas enormes garras y que era más alto que él mismo y con una gran fuerza.

No obstante, la desesperación le ayudó a hacer un último esfuerzo para conseguir cerrar la puerta del conductor.

Eso hizo que el ser saltara sobre el techo del coche arañándolo profundamente en un intento de acceder al muchacho por otra parte.

Chris consiguió entonces arrancar y a toda velocidad huyó del lugar mientras miraba por el retrovisor como aquel monstruo se iba perdiendo en la distancia.

Horrorizado llegó a su casa y contó a trompicones su historia sólo a sus padres y posteriormente a un par de amigos íntimos.

Sin embargo eso no impidió que acabara sabiéndose en el vecindario más próximo y de hecho la policía llegó a interrogarlo como sospechoso unos días después cuando otro vehículo de unos vecinos apareció también con marcas de arañazos o mordiscos similares a las que se hallaron en el coche de Chris.

Por supuesto, los agentes pronto se convencieron de que el asunto no era una simple broma del joven, aunque no pudieran ofrecer una explicación convincente sobre el origen de los desperfectos.

Porque además, en los meses siguientes una auténtica oleada de testimonios sobre encuentros con el extraño humanoide lagarto iban a colapsar las oficinas de las autoridades del condado de Lee.

Como por ejemplo el relato de George Holloman que se llevó el susto de su vida cuando trabajando en un pozo artesiano se vio sorprendido por la criatura que saltó sobre él, si bien George consiguió esquivarlo y huir a la carrera.

Avisada la policía, los agentes Mike Hodge y Wayne Atkinson, ayudante del Sheriff del condado, se personaron en el lugar junto con George.

Al llegar descubrieron muchas pistas inquietantes como por ejemplo unos grandes bidones de 150 litros destrozados. Se dieron cuenta también de que algunos árboles presentaban ramas quebradas a unos dos metros y medio del suelo. Y por si fuera poco encontraron un rastro de huellas en la arcilla de la zona con aspecto de pisadas casi humanas y un tamaño de 35 X 17 centímetros.

Siguieron el rastro casi 500 metros pero como parecía adentrarse en la espesura, decidieron volver al coche y solicitar refuerzos.

Allí se encontraron con la gran sorpresa de que por encima de las huellas de rodada que había dejado su coche patrulla al llegar, había un nuevo rastro del monstruoso ser, que por lo tanto debía haber estado rondando su coche segundos antes.

En las horas siguientes, una vez llegados más agentes, hicieron una batida por los alrededores, pero ya no encontraron nada más ni por supuesto dieron con la criatura.

Posteriormente, biólogos del Servicio Estatal de Protección de la Vida Salvaje analizaron las huellas tras sacar moldes, pero tuvieron que llegar a la conclusión de que no se correspondían con las de ninguna especie identificable.

También como ejemplo y menos de un mes después del incidente anterior, los jóvenes Shane Dyokes y Rodney Nolfe, declararon haber tenido un pequeño accidente de resultas del cual chocaron levemente contra un árbol, cuando el extraño ser lagarto se les cruzó de súbito por delante y tuvieron que esquivarle, cerca también del pantano de Scape Ore. Sus novias respectivas que les acompañaban en los asientos de atrás, corroboraron sus declaraciones.

Testimonios e indicios de este estilo se acumularon durante ese año, hasta el punto de hacer que las autoridades descartaran definitivamente una suerte de broma o histeria masiva, pero sin poder tampoco resolver el misterio.

Y de hecho ese misterio se negó a desaparecer, pues los encuentros siguieron produciéndose en el tiempo. Por ejemplo ya en 1990, en concreto el 30 de Julio, una respetada vecina de la zona sin ningún historial de sentirse atraída por los fenómenos extraños, la señora Bertha Blythers, volvía conduciendo junto con sus cinco hijos tras haber cenado en un restaurante próximo, cuando a eso de las diez y media de la noche al pasar cerca de una de las orillas del pantano todos pudieron ver cómo una extraña figura cruzaba a unos cincuenta metros por delante del coche.

Todos coincidieron en que se movía erguido y mediría al menos unos dos metros de altura, los faros les permitieron distinguir su tono de piel verdoso y tras verle cruzar la carretera tan sólo tuvieron ganas de apretar el acelerador y salir de allí pues estaban seguros de que nunca se habían cruzado con nada similar.

En realidad los casos han seguido apareciendo salpicados en el tiempo. En el año 2005 por ejemplo, la CNN dio cobertura a la historia de un vecino que describió cómo el monstruo le asaltó en su coche y emitió imágenes de los destrozos que le causó. (La foto al lado corresponde a un fotograma de ese reportaje).

Actualmente el monstruo del pantano de Bishopville casi se ha convertido en una atracción turística, atrayendo a todo tipo de aficionados e investigadores como los buscadores de misterios de “Animal Planet” que han realizado documentales especiales sobre el particular.

Como siempre en estos casos la polémica y las supuestas explicaciones han brotado como setas en todos estos años, pero lo único cierto es que algo ha pasado, o pasa, pero aún no sabemos qué ocurre por allí realmente en determinados momentos o mejor qué habita por allí.

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